El viernes estaba súper nerviosa entre el vuelo, la llegada a Toronto, el comienzo del proceso de adaptación.
El vuelo salió puntual, no estaba del todo ocupado así que tuve el privilegio de poder dormir en dos de los asientos que tenía para mi, pues me tocó una de las salidas de emergencia.
Al arribar a Toronto, que emoción estar de nuevo con mi gordo bello. Por supuesto, Alfredito me esperaba con cámara en mano, para tomarme la respectiva foto. Al llegar al apto. me encontré con unas flores y la bienvenida. Desayunamos y abrí las maletas para mostrarle a Alfredo las cositas que le habían enviado,....
El proceso de adaptación comenzó dedicándome a darle el toque femenino al hogar. Compramos algunas cosillas, hicimos mercado. Curioso y cotidiano para algunos pero para mí que vivo en Venezuela (al escribirlo me siento como si saliera de la guerra o de un país comunista) el hacer mercado fue toda una experiencia orgásmica, pues había variedad de todo, los estantes llenos y puedes comprar todo lo que te permita el dinero que tienes, ¿no es maravilloso?. Creo que fue una de las cosas que más disfrute....
Otra cosa del proceso de adaptación con la cual me he sentido muy bien, es que aquí, te respetan al cruzar la calle ¿insólito verdad? Algo tan trivial para algunos, para mí, un hecho que me devuelve mi condición de Ser Humano Respetado, pues de donde vengo, hasta caminando en las aceras tienes que estar pendiente de los carros y motorizados, pues si no te atropellan, mínimo sale a relucir tu mamá y otras cosas más feas que me niego a repetir (soy una dama).
Hasta el momento no he visto a ningún hombre orinando en la calle, ni basura desbordada, ni al Primer Ministro encadenado en la TV ... hasta hoy, no sé mañana.
Una de las cosas que he escuchado y que me han afectado, es, por supuesto, el control de cambio, que ahora está más riguroso, pero ¿qué puedo hacer?
Hasta la próxima entrega, este ha sido un pequeño resumen de mis modestas y cortas vivencias en este lado del mundo.
1 comentario:
Estuve leyendo tu relato del viaje a Canadá y me vienen a la memoria los viajes a esa otra realidad que parece parte de un libro de ficción. ¡Y eso que tuve la oportunidad de viajar cuando el país era otro! Se respira libertad en lo que narras. El ser humano necesita libertad, cosa que parecen olvidar nuestros gobernantes, inmersos en un mar de justificaciones a ideologías políticas trasnochadas. El ser humano necesita libertad porque con ella puede ir más allá si lo desea... y si no desea llegar más allá... también... cosa que es una verdadera lástima porque Dios nos dio la ventaja de poder crecer y ser mejores... Felicitaciones por tu viaje. ¿Es definitivo? Ojala lo fuera porque aquí las cosas no están muy bien y parecen empeorar día a día... porque nadie tiene el ánimo de ayudarnos a “darle un parao” al asunto, a pesar de las continuas advertencias que hemos estado expresando desde hace once años. Bueno, que tengas mucha felicidad, una larga vida y que podamos verlo. Estaremos examinando tu BLOG a menudo.
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